El espíritu de la profecía en el yoga y en Teresa de Ávila” (T A)
Notas de una conferencia del Dr. Lwiis Saliba en Zoom Miércoles 06/10/2021
Poderes milagrosos
Conocer el pasado y el futuro
Entre las habilidades milagrosas mencionadas por Patanjali está la capacidad del yogui de conocer el pasado inmemorial y el futuro cercano y lejano, o de ver ambos. En su camino espiritual, llega al santuario de las habilidades sobrenaturales de los Siddhis.
Mecanismo del conocimiento del futuro
En el tercer capítulo (el de las capacidades paranormales), Patanjali cita un sutra que otorga al yogui la capacidad de conocer el pasado y el futuro. Dice (Sutra 3/16): “El Samyama sobre el triple cambio produce el conocimiento del pasado y del futuro”.
Ya se ha mencionado el samyama y el propio Patanjali da una definición al principio del tercer capítulo. Dice (Sutra 3/4): “Samyama (control completo) es la unificación de los tres (concentración, meditación y absorción) en un objeto”.
Los yoguis han explicado este verso de la siguiente manera: Los tres, es decir, la concentración, la contemplación y el samadhi. La concentración en una vista lleva a la contemplación y a revelar un nivel más sutil de ese objetivo. Esto, a su vez, conduce al samadhi, donde el objeto se despoja de su delicada forma y sólo queda su cara desnuda.
Esto es el control total de la meta. Y si la meta de la contemplación es el propio contemplador, entonces en los niveles más profundos de la contemplación se despoja de su delicada forma, lo que significa que el contemplador, en la unidad del conocedor, lo conocido y el conocedor, sólo conserva su rostro abstracto, por lo que el Absoluto, donde se manifiesta la esencia de todas las almas.
Esto, en resumen, es Samyama, así que ¿qué es el triple cambio? Es el conjunto de los cambios de estado, características y síntomas. Al principio, el yogui intenta fijar su pensamiento en un objeto hasta que consigue unir su mente y el objeto, para descubrir que ambos son de la misma esencia. De este modo, los elementos y objetos de los sentidos pierden sus formas externas y el yogui conoce sus características y aspectos.
En cuanto a Al-Biruni que, como hemos indicado, es el más antiguo y el primero en haber traducido los Yoga Sutras a una lengua extranjera, traduce el Sutra 3/16 de la siguiente manera: “Aquel que está acostumbrado y es paciente es recompensado con el conocimiento del pasado, del presente y del futuro”.
Lo primero que obtiene un practicante regular mediante la práctica del yoga (habituación) y la perseverancia es la capacidad de conocer el pasado y predecir el futuro.
El poder de la profecía es una intuición superrealista.
El Shiva Samhita afirma que el yogui adquiere el poder de la profecía y el conocimiento de las ciencias esotéricas y sus secretos. Se dice en el Sutra 5/66 de este texto básico de yoga: “El yogui conoce lo que fue, lo que es y lo que será, y sus causas. Incluso domina las ciencias inéditas con sus secretos.
Y en el Sutra 3/54 del mismo texto (Shiva Samhita), encontramos una enumeración de las facultades milagrosas más importantes que posee el Yogui, y el conocimiento del futuro pasa a primer plano: “El Yogui obtiene las siguientes habilidades: 1 – Predecir el futuro. 2 – Moverse como y donde quiera.
La capacidad de ver y predecir el futuro no está aislada de la intuición. La intuición correcta de la que hablamos en el capítulo anterior es quizás la primera que revisa la visión del futuro y sus premisas.
El yogui sabio descubre en su camino, como afirma Patanjali, diferentes niveles de poderes, incluyendo, en particular, el nivel de la intuición supercorrecta: Ritam Bhara Prajna (Intuición llena de verdades) y Ritam revela al yogui una serie de sutiles verdades ocultas y remotas, incluyendo en primer lugar los incidentes que están ocurriendo y que ocurrirán. Esto es lo que San Juan de la Cruz, discípulo y mentor de Teresa, llama “el Espíritu de Profecía”.
Esto es, en definitiva, lo que el Yoga enseña sobre la capacidad de conocer y ver el futuro, o el espíritu de profecía en el término de San Juan de la Cruz. ¿Cómo es esta experiencia en Santa Teresa de Ávila?
El espíritu de la profecía en Teresa
En varios de sus textos, afirma haber obtenido, en la contemplación, la gracia de conocer los acontecimientos venideros, ya sean lejanos o cercanos en el tiempo.
En los informes, afirma, generalizando: “No hay nada que se me haya dado en la meditación, aunque hayan pasado los años, que no haya visto cumplido. Y las cosas que veo son tan numerosas que nunca me he puesto a pensar en ellas sin que mi mente se muestre incapaz de hacerlo.
El reformador carmelita parece haber tomado la costumbre de ver los acontecimientos futuros. Aunque los resume y generaliza en este informe, da ejemplos concretos y enumera hechos en otros escritos.
Las profecías de Teresa
En su autobiografía menciona algunas de sus predicciones y cómo se enfrentó a lo que vio: “El Señor solía informarme de ciertos accidentes tres años antes de que ocurrieran, y de otros a más o menos largo plazo. Siempre se lo revelaba a mi confesor y a mi amiga, una viuda con la que se me permitía hablar.
Y yo sabía que era ella, se lo dijo a los demás, y ellos sabían que no mentía.
Así que Teresa de Ávila vio lo que iba a pasar. Su confesor y su amiga viuda lo sabían, así como otras personas que fueron testigos de sus verdaderas visiones. Algunas de sus profecías se refieren al monasterio de Teresa.
Nuestro Santo pasa a contarnos una profecía concreta, con detalles. Se trata de su hermana y su muerte. Dice: “Cuando uno de mis cuñados murió repentinamente y yo estaba muy angustiada porque no había podido confesarse, predije en la meditación que mi hermana moriría de la misma manera, así que tuve que ir a verla para que estuviera preparada. Informé a mi confesor del asunto y me permitió ir. Mi hermana vivía en un pueblo y, cuando llegué, empecé a ilustrarla en todo lo posible sobre todos los temas informándole del motivo de mi llegada. La convencí de que se confesara con frecuencia y de que se cuidara en todo caso. Actuó siguiendo mi consejo. Después de cuatro o cinco años de adquirir este hábito y de tomar conciencia de él con precisión, murió sola, sin nadie a su alrededor y sin poder confesarse.
Así pues, T A vio morir a su hermana unos cuatro años antes de su propia muerte y sigue contando cómo pudo salvar su alma y, sobre todo, cómo hablaba constantemente de la muerte de su hermana durante todo ese periodo.
Teresita concluye recordando que le contó a su amiga (arriba) lo que había visto y ésta se asombró de cómo se había cumplido la profecía en su totalidad: “Mi amiga, cuando murió mi hermana, vino a verme alterada, porque había visto que todo se había cumplido.
Las visiones del futuro de Therese abundan y sería largo enumerarlas todas. Citemos: “Vi los monasterios que fundaría en el futuro, así como mi actividad administrativa y espiritual en el monasterio de la Encarnación”.
La visión de la hora de la muerte en el Yoga
y en Teresa
Una de estas visiones nos lleva. Al ver la muerte de su hermana, también vio su propia muerte, dice: “Moriré como una santa y mi cuerpo antes de ser enterrado estará cubierto de seda bordada”.
La visión de la muerte y el conocimiento de su tiempo son muy importantes en el Yoga. El momento de la muerte determina el curso de la vida en el más allá. Un yogui pasa la mayor parte de su vida preparándose para el momento de su muerte. El arte de vivir en el yoga es el arte de morir”, como hemos mostrado en uno de nuestros libros anteriores. “Dos momentos importantes en la vida: ahora y el momento de nuestra muerte”.
Hay un sutra en el Yoga Sutra de Patanjali que enseña al yogui a conocer el momento de la muerte (3/23): “El karma vuelve rápida o lentamente. Por el Samyama, o por los votos, se obtiene el conocimiento del momento de la muerte’.
Swami Vivekananda explica: “Mediante el Samyama, sobre las impresiones que ahora actúan en su mente y sobre las que esperan actuar, el yogui sabe con precisión cuándo y cómo el cuerpo dejará de vivir”.
Así, tanto Patanjali como Teresa de Ávila coinciden en que la meditación es una puerta a través de la cual se revelan los misterios de la vida y la muerte. Nos llama la atención una frase del T A que corresponde a los términos del yoga y a las expresiones de Patanjali. Teresa dice: “La meditación es una puerta real a través de la cual descubrimos los secretos de Dios, experimentamos su sabiduría, saboreamos su felicidad y heredamos su gloria.
La meditación es una puerta real, dice Teresa. El yoga considera la meditación como su piedra angular y la base del Raja Yoga, es decir, el “yoga real” (raja: rey).
La cuestión no se limita a la similitud de los efectos, los resultados y los métodos, ya que incluso las expresiones y los términos son casi idénticos.