دار بيبليون
El padre Joseph Azzi, estudioso de las religiones. Extractos de sus palabras y escritos, seleccionados, traducidos y comentados por Lwiis Saliba en Zoom, miércoles 15/06/2022
El padre Joseph Azzi (20/10/1937-30/05/2022) es un monje, pensador, teólogo y escritor libanés. Nació en Yiya/Chouf y murió en Biblos. Tras la publicación de nuestro libro sobre él: “Revolucionarios del Ejército Negro: Monjes libaneses que caminaron a contracorriente, biografías y opiniones discrepantes sobre el cristianismo, el islam, las mujeres, las religiones y mucho más”, en abril de 2021, le entrevistamos en Zoom el miércoles 28/04/2021, y aquí tenemos una selección de lo que nos contó y de lo que está escrito en su libro, La absolución de Dios, con una traducción fiel.
-Mi intención no es evitar la fama, pero mi trabajo me exige no perder mucho tiempo en la sociedad. Me dediqué a escribir, leer y sumergirme en los temas que investigaba. Eran temas que requerían cierta audacia y aislamiento de la sociedad. Por eso fue mi carrera y mi comportamiento vital.
-Hay que conocer a las personas con las que se convive: conocerlas por su doctrina, por su fe. Eso es a lo que aspiraba. Este conocimiento me ayudó mucho a comprender y profundizar en el cristianismo. Por lo tanto, me pregunto cómo puede ser cristiano un cristiano que no conoce el Islam.
-¡Me pregunto cómo un obispo puede ser metropolitano si no conoce el Islam en su verdadera forma! ¿Cómo conoce el obispo su verdad y su mensaje si no conoce el Islam? El Islam me ha ayudado mucho a conocer y profundizar en mi cristianismo, y me pregunto cómo puede ser un cristiano verdadero si no conoce el Islam.
-Y nuestro objetivo a través de nuestra investigación es presentar la verdad, por difícil que sea, y mostrar la verdad de la fe de cristianos y musulmanes, y así mostrar la verdadera identidad de cada creyente, porque lo que nos mata es nuestra ignorancia de la verdad del otro. (Entre el Cristianismo y el Islam. p. 8).
-Mi intención expresa es la absolución del Dios de las religiones, pues no fue él quien las reveló. No es él quien envió las leyes desde el cielo o escribió los libros que llamamos sagrados. O que confirmó creencias y verdades, y fijó la ciencia y el conocimiento… Dios es inocente, libre de todo esto” Y el hombre es el único responsable de estas religiones, sectas, denominaciones y verdades rígidas… Dios no es responsable de ninguno de ellos”. (Absolución de Dios, p20)
-Sin duda: Estas religiones son la causa de toda la violencia y las luchas entre los pueblos, Estas religiones… y cada grupo invoca una religión particular que les llegó y no les llegó a otro. ¿Cómo puede Dios ser un dios para todos, cuando es él quien te dio algo, y me dio otra cosa para luchar entre sí?
“Si las religiones no se ponen de acuerdo sobre la identidad de Dios, ni sobre su papel y misión en el mundo, ni sobre sus atributos y su relación con el hombre, entonces ¿cómo pueden estas religiones proceder de Él?”
Esto significa de nuevo que Dios es inocente de todas estas religiones. Él no tiene nada que ver con ellos, no los ha creado, no los ha revelado, sino que son obra de seres humanos que son diferentes por naturaleza. (…) Por eso debemos hacer todo lo posible, creyentes y ateos, para abolir estas religiones de la faz de la tierra, para que Dios vuelva a ser el Dios de todos los pueblos (…) y trabaje por la salvación de todos los pueblos” (Absolución, p 17).
–(Reconocimiento, p. 17). -Por eso el hombre no sólo debe ser humilde, sino respetar a Dios y decir: “No conozco a este ser absoluto”. Los cristianos, especialmente los teólogos, afirman que conocen a Dios perfectamente. ¿Qué significa eso? ¿Quién conoce a Dios? Nadie.
Basta con que nos acusemos mutuamente de incredulidad (Takfir) por nuestro conocimiento o desconocimiento de Dios. El hombre y cada individuo humano conoce una parte de Dios. Y conozco a Dios como absoluto, un ser absoluto que ama a los humanos, ama a todo el universo y a su creación. Y más que eso, ¿qué sé de Dios?
Por el contrario, tampoco debemos perseguir a Dios, ir lejos y decir que conocemos a Dios.
Dios es incomprensible.
-De hecho, quiero concluir diciendo: salva a Dios, salva a Dios. Le pedimos a Dios que nos salve. ¡Ahora queremos pedirle a la gente que salve a Dios! Dios no es el que conocen y escriben y por el que luchan. Nuestras guerras son guerras divinas en la tierra. Salva a Dios. Esta es mi última palabra, Libera al hombre de Dios, y salva a Dios del hombre.
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